Participación en el III Motoalmuerzo. Me cago en el puñetero grupo de "Vespistas"

 

Bonitas las gorras de capitán de barco

¿Por qué el club Vespeando montó un stand en el III Motoalmuerzo de Aranjuez? ¿Por qué el Comandante Garcea acudió allí con su mujer? Resolver ese misterio es la crónica de hoy.

La culpa de ello la tienen los cabrones creadores del grupo de Whatsapp llamado "Vespistas", un maldito chat en el cual, sin yo pedirlo, me incuyeron hace unos meses para supuesto uso y disfrute. Hoy me cago en todos ellos, uno por uno.

Mi mujer, como todas vuestras parejas (aunque no lo sepáis), un día tomó mi telefono para descubrir que en el grupo Vespeando de Whatsapp, me refiero al grupo serio (en el que el presi regaña cuando se habla de fútbol), en el largo plazo de un año apenas había media docenas de publicaciones, de esas que tratan de tornillos del tubo de escape, de presiones de los neumáticos o de ventas de Vespas viejas por 10.000 euros. Pero, sin embargo, en el grupo paralelo denominado "Vespistas" hay diez o doce publicaciones diarias en las que rara vez se ve alguna moto. Sin entrar en detalles, recojo cuatro de sus últimas seis o siete entradas, desde apenas el día de ayer. Cuatro imágenes valen más que cuatro mil palabras:

Prueba núm. 1. Añadida por Juan Antonio Álvarez con el texto: "Ha sido un día intenso. Os merecéis un buen descanso". Horas más tarde alguien incluyó: "Pues yo me las follaba a todas (una a una y en distintos días)".

Prueba núm. 2. Añadida por Fran Vespa con el texto: "O así que os de una reprimenda"(sic).

Prueba núm. 3. Añadida por José María Martín (Esta hay que reconocer que es la más intelectual)

Prueba núm. 4. Añadida por Juan Antonio Vespa con el texto: "Vais de culo!!"

Evidentemente, mi esposa, como cualquier persona de bien, comenzó a sospechar que algo olía raro en el club Vespeando (no os recuerdo la panda de impresentables que lo fundaron -salvando al monstruo de Ángel Luis, al que le mando un besazo al Cielo, donde seguro que está). Quizá ella incluso dudó si era verdad de que esta asociación vespera existía o fuera una pantalla para una mafia de puteros degenerados (Me remito a las pruebas 1,2,3 y 4). Y entonces pensó: "Mi marido cada vez saca menos la Vespa, y cuando lo hace viene muy contento y con un ramo de flores". Entonces, se cuestionó que los 350 euros que pago de cuota a Manolo cada cuatro meses fueran una puñetera patraña. LA PRÓXIMA QUEDADA VESPERA VOY CON ÉL Y DESCUBRIRÉ LA VERDAD, se dijo.

Y lo hizo. Cuando la semana pasada le anuncié que los Vespeando habían concertado montar un stand en el III Motoalmuerzo de Aranjuez, ella dijo que o iba la primera o no iba nadie.

Llamé corriendo al presidente y le dije: "Por Dios, Paco, monta un stand en el Motoalmuerzo o se acaba mi matrimonio". Y el cabrón dijo: "No. Ja, ja ja. Te jodes y apechugas con la pornografía de Fran y Rallo". Pero, afortunadamente, tengo guardadas pruebas que implican al presi en una trama de huidos de la justicia (Paco se escondió de un control policial de alcoholemia, por si no lo sabéis) y así, mediante chantaje, conseguí que cediera. Y sí, al final, montó el tinglado.

De lo primero que mi mujer se sorprendió fue que cuando salimos con la moto no condujese por la Nacional IV dirección Córdoba (léase El Conejo de la Suerte). Luego, poco a poco se tranquilizó porque a donde llegamos había muchas motos, aunque, realmente pocas Vespas. Pero al menos, para justificarme, Paco (recordad que estaba amenazado) había montado el stand de Vespeando: sí, pobre y triste, y que además lo mantenía un tío con el uniforme motero (gracias por las birras, Antonio). Y así, ella se fue convenciendo de que al menos Vespeando existe, como existe Teruel. Afortunadamente poco a poco fueron apareciendo vespistas, también amenazados con chantajes; eso sí, cada cual más impresentable que el anterior (Frente al escenario había un indigente bailando, tocándose los huevos, derramando la cerveza y con la lengua fuera que me pareció más de fiar que cualquiera de los de Vespeando). Piri, el mismo que me dijo que mi Vespa merecía un contenedor, solo acudía al stand para robar pines para dárselos el señor alcalde (y creo que se puso rodilleras para ello). Mofli también se los llevaba a puñados, decía que para dárselos a los músicos, pero lo cierto es que los vendía por dos euros junto a la barraca de los tatuajes, de eso soy testigo. Y eso no fue todo, muchos de los miembros alcohólicos del club (es decir, casi todos) se llevaron sudaderas y gorras para cambiarlas por cerveza. 

Pero bueno, afortunadamente, al final, que es lo que importa, por mi parte, se salvaron los muebles. 

Y yo tampoco me fui gratis de allí. Me llevé trapos sucios, que es de lo que vivo como periodista del MAVO (Movimiento Antiglobalización Vespero de Ocaña, información para los nuevos). Me enteré de uno de los asuntos más turbios que ha sufrido el club (y son muchos ya): un antiguo presidente que tuvo el puñetero club Vespeando, al no soportar la ausencia de poder, se dio a la bebida el mismo día de la celebración de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente (esta historia me guardaré, prometo extenderla, es demasiado buena para solo mencionarla).

De lo mejor que ocurrió en la jornada, me quedo con la foto de la película Amanece que no es poco.

Desde la página de MAVO, mi mayor enhorabuena a los organizadores del III Motoalmuerzo. Unos verdaderos fenómenos. Quien pueda que se la haga llegar con un fuerte abrazo. A los de Vespistas que les den por culo, que seguro que alguno estará deseándolo.

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