XII salida Vespeando a Toledo (El otro 23-F)




Sabemos que todos los miembros del MAVO están interesados en conocer cómo le fue a nuestro Comandante en la XII salida vespera que celebraba la efeméride de la fundación de Vespeando (y con el mazo dando). No os vamos a hacer esperar. Nuestra institución revolucionaria se ha colado en sus grupos de WhatsApp donde hemos leído verdaderas falsedades: que si "buena la organización”, que si “qué bonita la tournée por el casco de Toledo”… Nada, son mentiras que escriben desde dentro la propia organización para fomentar un club que ya está a punto de hundirse. Aquí va la verdadera crónica, sacada del diario personal de nuestro ínclito Comandante:

8’00 – Me levanto y miro mi agenda: Recepción con la familia real de Dinamarca, no me apetece el contacto con monarcas; teleconferencia con Ángela Merkel, ni de coña; diez llamadas perdidas de Maduro, que le llame cuanto antes, que espere; una carta para el Papa, no tengo ganas de escribir; un avión a las 11’00 para la entrega de los Oscar, qué pereza… Y… me encuentro con: una salida a Toledo con los del Vespeando. Me parto de risa tanto con esto último que decido, en un alarde de excentricidad, tomar mi Montse, hincharle la ruedas, echarle gasolina de 98, no del 95 (¿verdad Fran?) y presentarme en El Rana.

10’00- Nos saludamos (o nos damos el pésame por el desastre que vamos a vivir). Antonio dice que no va porque tiene rota la moto, luego me entero de que está sancionado por el club para las próximas dos salidas por su cercanía al MAVO. ¡Puñeteros tiranos!

10'30- Briefing. Fernando se pone serio. Nos llama y… acudimos. Nos recuerda la normativa del club para circular por las carreteras nacionales. Todos dicen que sí. (¿El club estará cambiando?).

10’35 – Salimos. Compruebo que el club no está cambiando: cada uno hace lo que le sale de los cófanos. Óscar circula por el arcén porque dice que por allí hace menos frío. ¡Vaya pardillo! No tiene ni idea, por donde hacía menos frío era por la mediana.


12’10 (atentos a la hora) – Chocolatada con churros. Todos tomamos cerveza menos Carlos que se toma un chocolate con churros y se pone malo. Tres viajes al baño.
Se nos unen los vesperos de Toledo: un placer, gente joven, con brío. Buenas motos y preparadas.

12’50 – La famosa gira por el centro de Toledo. Lo que todos dicen: qué bonito.
La verdad: vergonzoso. La Ciudad Imperial, la perla de Castilla, durante un cuarto de hora fue mancillada por el ruido de dos docenas de motos; gente intoxicada en las calles por el capricho de subir la mezcla de aceite para limpiar los carburadores; japoneses y alemanes asustados; uno de nosotros invita a subir a dos chicas a su moto (que soez); turistas huyendo por los callejones como en los Sanfermines. Las vetustas paredes mudéjares han recibido tanto hollín que la consejería de Cultura ha tenido que solicitar la situación desastrosa. Hicimos más daño que en el asedio al Alcázar.
Y… ¿Qué bonito?... ¡Sinvergüenzas!

13’20 – Subimos al mirador y, la rigidez de horario es tal, que me encuentro con uno de mis muchos compromisos públicos y cuando me doy cuenta ya se han hecho el retrato de familia (ese que está en la foto sí soy yo, pero pegado en postproducción con Photoshop) y, a ritmo de corneta, ya se fueron para Yepes por Villasequilla. Por cierto, Villasequilla o ya no está donde estaba o el alcalde cambió la señalización el sábado para que los de Vespeando no intoxiquen a sus habitantes.

14’00 -Se descubre el verdadero sentido del club: Yepes. El bar de Moe. Botellines por cajas, para gente que luego se queja de los triglicéridos; huevos fritos para los que se quejan del colesterol; y tortilla salada para los de la tensión. ¡Qué bonito, y hoy a coliflor y fruta!

15’30 -Comida en La Ruta del Sol. Solo para los que tienen el chaleco bueno (los dirigentes). Mariscada para los jefes de más arriba y pechuga de pollo para el resto. Se recibe a un miembro nuevo, se le dan unas pegatinas que le robaron en cuanto pudieron. Luego sobremesa: una buena tertulia literaria. Javi nos habla sobre lo imprescindible del “efecto” lírico en la obra amorosa de Neruda y nos extendemos a la novela rusa de comienzos del XX: Pochorov, los hermanos Pizarrovich y Chelov, aquel alegre bohemio al que se le olvidó acudir al entierro de su madre.
Ni un gintonic, ni nada.

Y poco más. A mí, a pesar de que odio a esta gentuza, me gusta pagar su cuota anual del club, aunque no figure en su nómina. Así soy yo de espléndido. Pero se creían que soy imbécil y me querían hacer pagar 125 euros, y les dije que nanai, que yo no he visto en los estatutos que haya subido la cuota, así que les pagué 120, como el año pasado. Que, por cierto, aún no me han enviado el recibo ¡Si es que estos tíos no se enteran!
(Por el arcén… Jajajaja, ¡qué pardillo!)

Comandante Garcea, de su diario personal.

Felicidades y muchas gracias a toda la organización, en especial a Fernando que fue su rostro, y también al apoyo en cuatro ruedas de Rogelio. Bienvenidos a los nuevos. Un verdadero placer. 

He tomado las fotos para adornar esta crónica de las que enviáis al WhatsApp, no os menciono personalmente porque no me figuran más que vuestros números de teléfono, soy nuevo en esta tecnología. Cualquier asunto que moleste, o simplemente que no os apetezca que se publique, mandadme un privado. Lo soluciono de inmediato.
Fe de erratas para la crónica del pasado 23 de septiembre: lo lamento muchísimo, ya está solucionado, debía poner fotógrafo, como así reza ahora (culpa del corrector automático, que es un inútil). Un abrazo Fran.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Me ha encantado la cronica! Canela en rama, como siempre!